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Brasileña fue expulsada del Vaticano por su vestuario.

Una modelo brasileña Julia Vieira (Juju) compartió el vergonzoso momento que pasó en el Vaticano, luego de que los guardias le negaran la entrada por su vestuario. Para ella, iba vestida elegante y de la forma correcta. Es un hecho que en la mayoría de los lugares de culto, sin importar la religión, requieren un tipo de vestimenta adecuada para visitarlos. Pese a que varía según el país y la creencia, muchos cumplen con requisitos básicos como usar ropa modesta y que muestre las menor partes del cuerpo posible.

De esa forma, lugares como el Vaticano tienen el derecho de guardarse su derecho de admisión si una persona que asiste no cumple con las normas de vestimenta. Sin embargo, una modelo brasileña fue expulsada del lugar y quiso exponerlo en redes sociales.

A través de su cuenta de Instagram, Juju Vieira le contó a sus seguidores que rechazaron su entrada al Vaticano luego de presentarse con un vestido que ellos consideraron inapropiado: “Un señor que trabajaba allí se me acercó y me dijo que el lugar era para rezar y que yo no estaba vestida adecuadamente y me invitó a salir, me ‘echó’ del Vaticano”, dijo la modelo indignada.

“Ni siquiera sabía que había reglas. Una persona con sentido común no visitará el Vaticano con ropa de club. Estaba elegante con mi ropa de invierno, todo combinaba. Iba con ropa cómoda con la que me sentiría bien para largas caminatas. La comodidad era mi única preocupación”, aseguró la joven en su cuenta de Instagram. Pese a que los guardias del Vaticano no le dieron una razón específica por la que no podía entrar, en las redes sociales muchos apoyaron la decisión de no dejarla entrar pues no cumplía con el código del lugar, llegando a la conclusión que estaba vestida “demasiado sexy”.

Según el código del Vaticano, los visitantes que quieran entrar a los museos, la Capilla Sixtina, la Basílica de San Pedro o los Jardines del Vaticano, no pueden llevar prendas de vestir sin mangas, escotes, minifaldas o pantalones cortos por encima de las rodillas. Por eso, los guardias tuvieron el derecho de rechazarle la entrada. (UPSOCL)